La Natación Máster, ¿Deporte ó Entretenimiento?

sport-graphics-swimming-583801Hace ya más de 20 años, con el inicio en muchos países del desarrollo de Natación para personas adultas, que en alguna etapa de sus vidas practicaron la misma, así como la posibilidad de que estas pudieran establecer unos regímenes de entrenamientos y competiciones de acuerdo a sus posibilidades físicas, llamada Natación Máster; nació para muchos una nueva etapa de “ilusiones” encaminadas a realizar una actividad de carácter físico, de salud y de concordia entre todos los que la practican. Incluso se abrió la facilidad para que en algunos casos, muchos nadadores puedan demostrar los resultados de su constancia y sacrificios, según sus posibilidades de edad y físicas, logrando resultados deportivos que nunca antes en sus años de juventud, habían alcanzado.

Sin embargo, la Natación como Deporte, actualmente sólo reconoce de ”manera prioritaria” a aquellos que la practican en sus etapas iniciales desde Benjamines hasta Absolutas. En ésta especie de “mundo deportivo” presuntamente, se valora más el esfuerzo y la dedicación de estos jóvenes, para lograr una marca mínima para una competición determinada; y se subvalora más los resultados, el esfuerzo, la constancia y el sacrificio que realizan otros nadadores con limitaciones físicas, ya sean de edad u otro tipo. Un ejemplo de ello es la relevancia, propaganda, apoyos, etc., que se le da por parte de las Federaciones a las competiciones de las categorías más jóvenes, hasta cierto punto lógicas, ya que de ellos se esperan los resultados deportivos más relevantes, pero no más meritorios que el de otros. Sólo basta, con ver la relevancia que le da la sociedad a una medalla olímpica de un deportista físicamente normal, a la mera significación que recibe la que pueda lograr un atleta minusválido en unos Juegos Paraolímpicos. Y si analizamos profundamente quién merece al menos una valoración igual ó superior a sus esfuerzos físicos y personales, para obtener resultados semejantes, de forma injusta, se le da mayor importancia a los logros del deportista joven, fuerte y normal.

Algo similar pasa en el caso de la Natación Máster. En muchos casos, se valora como algo de ocio, de distracción y sin la mayor relevancia. Es cierto, también que una gran parte de nadadores de ésta categoría lo ven de ésa manera, por diferentes gustos ó causas. Pero no deja de existir una mayoría que se esfuerza día a día por entrenar, por mantener su estado físico, por competir y por ser cada vez más exigente con sus resultados, sin renunciar al principal objetivo de éstos grupos como es la convivencia y disfrute de experiencias personales, viajes y actividades encaminadas al disfrute individual y colectivo. O sea, que la práctica de la Natación implique siempre pasar un “buen momento”, y no algo monótono y cansado, limitada solamente a una actividad de salud y con un carácter plenamente competitivo.

Muchos de los que practicamos la Natación bajo esos conceptos, somos padres de familia, trabajadores, estudiantes y atareados ciudadanos que realizan múltiples esfuerzos para entrenar frecuentemente. Incluso en muchos casos implica un sacrificio igual ó superior, comparado con aquellos jóvenes que sólo se dedican a estudiar y a practicar deportes, como ya lo hicimos nosotros, en otra etapa de nuestras vidas. Por lo tanto no considero que deba existir una diferencia tan significativa en lo referente a la valoración de ambos sacrificios. O sea, no se debe pensar que la Natación Máster es simplemente una manera de aprovechar el tiempo libre, si no que además implica para muchos un esfuerzo y una constancia adicional igual ó mayor a la que puedan realizar otros nadadores.

Incluso en el marco de las competiciones, se debe valorar que para participar en cualquier prueba de una competición Máster, primero hay que entrenar periódicamente, estar en un estado físico y de salud satisfactorio, y luego lo más difícil, asistir a la competición; pues a pesar de que no existan marcas mínimas en las competiciones nacionales, muchas personas de forma equivocada, tienen cierto “temor escénico” a realizar un mal papel, y simplemente se excusan y no asisten. Por eso, puede existir un buen nadador en su categoría, con excelentes resultados en los entrenamientos, historial como nadador, etc.; pero si no asiste a la competición, no puede hacer un buen papel y mucho menos ganarse una medalla desde “el sofá” de su casa. El mérito lo tiene el que se prepara y asiste, aunque su nivel y resultado competitivo no sean significativos, e incluso llegue en el último puesto de su competición, pues lo que se aprecia es el esfuerzo de ésa persona y lo bien que se lo pueda pasar en la misma, sin exigencias, metas ó reproches.

Ésa es la grandeza de la Natación Máster, y debe ser considerada por el resto como tal.

Todo ello sin considerar la admiración que implica el hecho de ver a personas de más de 70 y 80 años, que realizan un sacrificio aún mayor por el bien de su salud, como son capaces de competir en pruebas tan difíciles como 800 metros libres, y que son la envidia de todos los que practicamos éste deporte. Ojalá nosotros y hasta los mismos que hoy nos subvaloran, pudiéramos llegar a esas edades y en la forma física y mental en que se encuentran estas personas. Tampoco se deben menospreciar ni comparar los registros y marcas de la Categoría Máster con respecto a las de otras Categorías, pues indudablemente no son equiparables desde el punto de vista físico y esfuerzos; aunque no descarto que más de uno podría sorprenderse al valorarlas.

Los jóvenes deben recordar que alguna vez quizás, lleguen a nuestras edades y entonces serán también nadadores Máster, con las mismas ilusiones, esfuerzos y ganas de sentirse respetados como las que tenemos hoy nosotros. Y cada día es más significativo el avance del movimiento de la Natación Máster en España, dadas las ventajas y características de su disfrute.

Quizás, si fuéramos un poco más realistas, pudiéramos encontrar en esto una de las razones, por la que muchos buenos nadadores abandonan éste deporte en edades tempranas. Cuando la Natación se convierte en una “obligación”, y el deportista no la disfruta indudablemente cuesta mucho mantenerse en ella. Sin embargo, si conociera lo mucho que la disfrutamos los Máster, seguramente se sentiría estimulado para mantener su continuidad.

No quisiera que éste artículo, se interpretara como una crítica a los nadadores jóvenes, y mucho menos un desprecio a sus grandes esfuerzos de superación, ante los cuales manifiesto mi mayor admiración. Simplemente trato de que se valore, se conozca y se medite respecto a la actividad que otros realizamos para lograr un mejor entendimiento y concordia.¡Os invito a conocer ésta experiencia!

Finalmente considero, que más que un tema de “consideración” por parte de todos los nadadores y responsables de la actividad, debe verse como un factor de “tolerancia” y respeto a los que se sacrifican por practicar la Natación. En la medida en que todos seamos capaces de valorar y respetar equitativamente los sacrificios de otros, lograremos que se desarrolle mejor una actividad que tiene muchos adeptos, como es la Natación, y en la cual somos una “Gran Familia”. “Una sociedad que no respete y valore a sus mayores, no es capaz de respetarse a sí misma.”

ROBERTO ACOSTA ESTRADA
…simplemente un nadador Máster .